El informe apunta que los actores internacionales han comenzado a tomar en cuenta las consecuencias humanitarias y de seguridad del cambio climático, que ya son evidentes y se esperan más pronunciadas en los próximos años. Así, la migración y la apatridia son las formas en que el cambio climático podría afectar la seguridad internacional.
Hay cuatro escenarios que provocan los desplazamientos: desastres hidrometeorológicos; degradación del medio ambiente o desastres de proceso lento; importantes pérdidas permanentes en el territorio del Estado como resultado de la elevación del nivel del mar, y conflictos impulsados por los recursos.