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En regiones como el Sahel o en Senegal los desplazamientos de población son un elemento clave de las estrategias de supervivencia. Estos desplazamientos han permitido diversificar las fuentes de ingresos de muchas familias, así como facilitar su adaptación a un entorno de recursos escasos. Sin embargo, en las últimas décadas diversos factores, naturales y humanos, han acelerado la degradación ambiental y la vulnerabilidad de estas familias.
El documento titulado “Environmental change and translocal vulnerability in Senegal”, publicado por la Organización Internacional de las Migraciones, muestra una serie de conclusiones y recomendaciones basadas en una investigación empírica llevada a cabo en cuatro pueblos de Senegal y dos lugares de destino en Italia y España. El texto indaga sobre la relación entre la vulnerabilidad de las personas y el riesgo ante la degradación ambiental. A su vez, analiza por un lado la migración como estrategia de adaptación ante este fenómeno y, por otro, el impacto de la vulnerabilidad de las personas en su habilidad para adoptar estrategias de subsistencia translocales.
La migración puede ser una estrategia de adaptación muy efectiva ante el cambio climático, sin embargo, la vulnerabilidad provocada por la falta de recursos y el deterioro del entorno pueden frustrarla. Si estos problemas no se analizan y resuelven pronto, estas carencias pueden no solo afectar a los países de origen, sino también a los de destino. Este documento llama a un cambio político a muy corto plazo para afrontar las graves situaciones que sufren estas familias y su creciente incapacidad para hacer frente a la degradación ambiental y al cambio climático.
