El informe del Centro de Investigación de Políticas Sociales de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) de Sídney, titulado originalmente Migration, urbanisation, climate change and children in China—issues from a child rights perspective examina los derechos de la infancia en China en el contexto de la migración, la urbanización y el cambio climático. Este documento, encargado por Unicef, aborda este tema desde una perspectiva de derechos humanos y mapea las reformas de política social necesarias para proteger los derechos de la infancia en este país.
De acuerdo con este reporte, algunos niños y niñas migran con sus padres y sus madres, y otros permanecen en las zonas rurales en condición de «abandono». Según el censo de 2010 en China, 35.8 millones de niños y niñas, entre 0 a 17 años, eran migrantes de las zonas rurales a las urbanas. En tanto, 69,7 millones de niños y niñas fueron dejados en las aldeas por sus progenitores migrantes.
«Las personas pueden migrar desde las zonas rurales a las urbanas a medida que el empleo urbano se vuelve más atractivo, se adquieren las tierras de los agricultores y agricultoras o cuando el cambio climático hace que la agricultura sea menos confiable para mantener los medios de vida», explica el profesor Bingqin Li, quien dirigió esta investigación.
La migración infantil o el «quedarse atrás» como resultado de la urbanización y el cambio climático plantea serios riesgos para la vida, el desarrollo y el bienestar de la infancia en este país. Estos grupos afectados representan un porcentaje significativo de la población china y, en consecuencia, hay un efecto en la sociedad y la economía chinas.