Insiste en definir al migrante ambiental y en obtener más datos sobre este fenómeno.
Hace notar que la mayoría de los migrantes ambientales acaban en áreas urbanas ya sobrepobladas y ambientalmente expuestas, como pueden ser las costeras.
A juicio de esta entidad, además, es cierto que hay que poner el foco en este problema pero también señala que con una adecuada gestión de los recursos hídricos y de la tierra en tiempos normales, algunas comunidades en riesgo no tendrán que abandonan su patria cuando ocurran acontecimientos extremos.
Pero, en cualquier caso, insiste en que la migración no es una amenaza sino todo lo contrario. Así el documento apunta que aunque es cierto que la mayoría de las comunidades receptoras probablemente también se enfrentan a muchos de los mismos desafíos ambientales que obligaron a los migrantes a salir de sus regiones de origen y que es posible que la llegada de migrantes dé lugar a desafíos culturales o étnicos, los migrantes también pueden proporcionar mano de obra y convertirse en miembros productivos de la economía local y nacional.